Los servicios “tax & global mobility” hacen referencia a todas aquellas previsiones en materia legal, económica y fiscal que deben tener en cuenta las empresas a la hora de deslocalizarse o internacionalizarse.
Hoy queremos anunciar que, desde attolón, prestamos servicios de esta clase a empresas de todo el mundo. Por eso hemos considerado interesante dedicar unas líneas a explicar qué clase de prestaciones representan y cuáles son las ventajas de contratar un despacho como attolón para gestionar la fiscalidad y movilidad internacional.
Como su nombre indica, el concepto “tax and global mobility” hace referencia a una serie de servicios demandados por empresas en proceso de movilidad internacional.
La regulación fiscal depende de cada uno de los Ordenamientos Jurídicos aplicables, así como de la existencia de entidades supranacionales o internacionales y Tratados o Acuerdos. Precisamente por ello, la planificación fiscal de una multinacional o de una compañía en proceso de internacionalización requiere un alto grado de experiencia.
Algunas empresas optan por contratar abogados tanto en el Estado de origen como el de destino. Otras incorporan juristas especializados en su departamento legal.
Sin embargo, desde attolón proponemos una forma más eficiente y flexible de gestionar la fiscalidad internacional. Contamos con abogados en diferentes países especializados en varias ramas del Derecho. De modo que podemos configurar un equipo ad hoc para gestionar el proceso de externalización ahorrando costes estructurales y ofreciendo los mejores resultados.
Pero, al margen de las implicaciones fiscales, un proceso de movilidad empresarial conlleva la aplicación de otros marcos normativos. Entre ellos destacan las retribuciones y Seguridad Social, pero también se debe prestar atención a otros elementos.
Los procesos de internacionalización requieren una cuidadosa planificación. A nivel fiscal se deberá analizar la carga tributaria y la existencia de acuerdos y convenios internacionales para evitar la doble imposición.
Desde una perspectiva laboral será necesario conocer el régimen aplicable a las relaciones de trabajo en el Estado de destino. En el caso de desplazar a parte de la plantilla también se deberán respetar las cautelas aplicables a los procesos de movilidad geográfica, incluyendo las correspondientes indemnizaciones y/o la posibilidad de extinguir relaciones laborales. Por supuesto, otro factor clave será la obtención de visados y permisos de residencia y trabajo.
Sea como fuere, debemos gestionar la Seguridad Social de nuestra plantilla. Para ello es necesario conocer el régimen aplicable a los trabajadores locales, así como la aplicación de convenios que cubran a los desplazados.
También se deberán realizar las oportunas gestiones administrativas. De estas puede depender la obtención de licencias y autorizaciones, así como la apertura de centros de trabajo y las relaciones con las Administraciones Públicas competentes en cada caso.
Otro elemento a considerar será la protección de la propiedad intelectual e industrial. Aunque su regulación es relativamente homogénea en todo el mundo, es posible que se deban practicar inscripciones en nuevos registros o que aspectos como el plazo de protección varíe de un Estado a otro.
Tampoco podemos olvidar la posibilidad de que la normativa en materia de contratos y obligaciones pueda variar en elementos críticos para nuestra organización.
Siendo tantos los factores a considerar, lo más habitual es que la planificación del proceso de deslocalización, globalización o internacionalización requiera de un estudio detallado. Los resultados del mismo se plasmarán no solo en el feedback otorgado por el equipo jurídico, sino también en protocolos y manuales que incluirán todas las recomendaciones y cautelas que se estimen relevantes.
Es frecuente que alguno de los abogados siga de cerca el proceso de internacionalización, colaborando estrechamente con juristas de los otros Estados implicados. De hecho, lo más recomendable es que el despacho al que se encomiende la asistencia durante el proceso disponga de sedes, colaboradores o acuerdos con otros bufetes en tales países.
Aunque no sea imprescindible, realizar estos estudios es más que recomendable. Se trata del único modo de garantizar un proceso de movilidad fluido, exento de riesgos o sorpresas y que aporte la máxima seguridad jurídica a la organización.
Generalmente, los servicios de externalización permiten optimizar costes sin renunciar a la elevada calidad de los servicios de profesionales especializados. Esto resulta también de aplicación al contratar los servicios de attolón, que te permitirán:
Esta forma de constituir equipos ad hoc, centrados en el éxito del encargo, es la propia de los ALSP como nosotros. Los servicios de los ALSP se caracterizan por su elevada calidad, flexibilidad y optimización de costes.
De modo que si necesitas iniciar un proceso de internacionalización o movilidad de tu empresa te recomendamos contactar con nosotros. Cuéntanos qué necesitas y te ayudaremos a instaurar tu empresa en cualquier parte del mundo, de forma exitosa, rápida y efectiva.