En el sector legal, conocemos los secondments como períodos de tiempo durante los cuales un abogado presta servicios en otro despacho o integrado en el departamento jurídico de una empresa. Se trata de una figura habitualmente empleada para complementar la plantilla de la empresa o ampliar la experiencia del abogado, pero que poco a poco gana peso como forma de aportar valor tanto al despacho como al departamento jurídico de la empresa beneficiaria.
Desde la aparición de los ALSP, muchas empresas confían en esta figura para complementar su departamento legal o completar proyectos. De hecho, es una práctica empleada en attolón, que nos permite prestar servicios altamente especializados aportando grandes beneficios a nuestros clientes.
Habitualmente se ha utilizado el secondment como un tipo de complemento a los recursos humanos, formación o incentivo.
Muchas veces se recurre a él a modo de intercambio. En este caso, un despacho cede a otro a una de sus figuras clave y viceversa. Como resultado, ambos conocen la práctica en el otro despacho, ampliando su horizonte y su conocimiento del sector. Así, es una práctica habitual en el establecimiento de alianzas estratégicas, especialmente a nivel internacional.
También es frecuente recurrir a secondments con los propios clientes del despacho. Básicamente se llega a un acuerdo, por medio del cual uno de los abogados se integra en el organigrama del cliente temporalmente para conocer mejor su día a día y los problemas y riesgos legales a los que se enfrenta.
Y otro escenario en que se recurre a esta herramienta es cuando se necesita complementar el departamento de recursos humanos de la compañía, generalmente por necesidades transitorias como la cobertura de vacantes con reserva del puesto de trabajo, incrementos temporales de la demanda o la necesidad de abordar un proyecto determinado o un imprevisto urgente.
Como se comprenderá, esta práctica tiene importantes ventajas.
Recientemente, la figura del secondment ha sido objeto de una transformación. Uno de los factores clave han sido las sucesivas crisis económicas.
Así, muchas empresas y despachos profesionales han buscado técnicas que les permitieran incrementar su competitividad sin necesidad de incurrir en aumentos presupuestarios. Los secondments se han presentado como herramientas muy útiles a este respecto, porque:
Estas ventajas han llamado la atención de múltiples operadores económicos, y han conllevado la introducción natural de la figura en la cartera de servicios de los ALSP, el otro factor clave de la transformación del secondment.
Una de las claves de los ALSP es la búsqueda de modelos de colaboración y prestación de servicios ágiles, flexibles y que aporten un elevado valor añadido sin un gran impacto en la estructura de costes. En este sentido, resultan evidentes las ventajas que el secondee puede aportar a sus clientes.
Por ejemplo, desde attolón ofrecemos la posibilidad de configurar equipos legales a medida de las necesidades de nuestros clientes. En ocasiones, esto supone la creación de un equipo altamente especializado para hacer frente a un proyecto específico. Otras veces conlleva la integración de algunos de nuestros mejores profesionales en las empresas que nos necesitan.
Al ser un acuerdo de naturaleza temporal, cuando la empresa recurre al secondment no corre riesgos como la desactualización de su equipo legal o la obligación de mantener un departamento jurídico sobredimensionado cuando termina un proyecto crítico o si se retrae la demanda.
Paralelamente, nuestros abogados adquieren experiencia con pioneros y referentes del sector. Al trabajar día a día con estas empresas, conocen a la perfección sus necesidades legales y pueden anticiparse a ellas. Además, al estar acostumbrados a asesorar a compañías de primer nivel, aportan un valor añadido superior al que se obtendría de un despacho tradicional.